Se pone sus
vaqueros, aquellos que tan bien le quedan pero que le oprimen la piel, se
recoge el pelo en un moño, se prepara un té rápido, coge su bolso, mete las llaves y el móvil.
Coge el
ascensor hasta la planta -2. Arranca el coche. Dentro se respira aire viciado,
pero prefiere eso antes que inhalar el humo contaminante de la ciudad. Deja el
coche en el parking y sube hacia la oficina.
Segundos
Minutos
Horas…
7:00 PM
Coge el coche e
inicia el mismo camino de vuelta. Aparca, coge el ascensor hasta la planta 3. Desconecta
el móvil, se quita el moño que ya tanto le tiraba del pelo, se quita los
vaqueros violadores y se pone ese vestido suelto y sale a la calle.
La calle, aquel
lugar no delimitado por cuatro paredes.
Y respira.
Porque para
ella, la primavera no son tres meses. Para ella la primavera es una forma de
vida.